El trazo del Tren Maya cruza una región mítica llena de tesoros históricos por descubrir. Si bien existen preocupaciones legítimas, expertos confían en que el proyecto ferroviario abrirá nuevos capítulos emocionantes en la arqueología maya.
La península de Yucatán alberga joyas arquitectónicas como Chichén Itzá y Uxmal. Pero se estima que 90% de las ruinas mayas están enterradas en la densa jungla, esperando ser halladas.
Con más de 1500 kilómetros de longitud, el Tren Maya atravesará áreas inexploradas con un enorme potencial. Por ello, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) vigilará de cerca las excavaciones del proyecto.
El reto será minimizar cualquier afectación al patrimonio, al tiempo que se aprovecha esta oportunidad única para desvelar secretos de la grandeza maya.
Zonas de interés arqueológico
A continuación presentamos algunos puntos a lo largo de la ruta donde hay una alta probabilidad de descubrimientos.
Calakmul
Ubicada en Campeche, esta antigua metrópoli maya fue la superpotencia regional durante siglos. Sus más de 6000 estructuras documentan la sofisticación de esta civilización.
El director del INAH, Diego Prieto, afirmó: “Confiamos en hallazgos extraordinarios que superarán a Tikal o Palenque”. Calakmul tiene structures aún ocultas en la exuberante selva, como canchas de juego de pelota, templos, palacios y tumbas reales.
Bacalar
Este mágico pueblo de Laguna de Bacalar esconde vestigios de pirámides y edificaciones ceremoniales bajo el majestuoso Lago de los Siete Colores.
Arqueólogos subacuáticos explorarán con tecnología de punta sus cristalinas aguas, que los mayas consideraban sagradas. “Es probable que afloren piezas extraordinarias”, comentó la investigadora María José Con Uribe.
Tulum
La imponente ciudad amurallada de Tulum es uno de los sitios costeros más emblemáticos. Pero su zona arqueológica es sólo una fracción del extenso asentamiento maya.
El INAH vigilará las obras ferroviarias al sur de Tulum, donde podrían aparecer osarios, columnas ceremoniales y edificios residenciales. Como declaró el arqueólogo Carlos Peraza Lope: “Aún no revela todos sus secretos”.
Oportunidad para la cooperación científica
Lejos de frenar el avance arqueológico, el Tren Maya puede catalizar nuevos hallazgos y conocimientos gracias a la cooperación internacional.
Universidades e instituciones científicas de todo el mundo manifestaron interés en participar junto al INAH en los trabajos derivados del tren. Su experiencia y tecnología será invaluable.
Por ejemplo, expertos en lidar del Instituto Nacional de Antropología e Historia de Perú colaborarán para escanear desde el aire miles de kilómetros cuadrados en busca de estructuras mayas enterradas.
Si se lleva a cabo con las precauciones debidas, el Tren Maya beneficiará enormemente el legado cultural de México. Abrirá una ventana al esplendoroso mundo de nuestros ancestros prehispánicos y al potencial arqueológico aún inexplorado en el sureste mexicano.
Como apuntó el antropólogo Alberto Martos, “tenemos ante nosotros la posibilidad de reescribir la historia maya con nuevos y electrizantes descubrimientos”. El tren será un vehículo hacia ese intrigante viaje al pasado.